lunes, 6 de abril de 2015

GUNDAMARO NO TIENE EXCUSA



Cuando Dolores descubrió la cámara, no supo muy bien cómo reaccionar. Del primer “¿y esto que hace aquí”? pasó al “¡Ahora lo comprendo todo!”. Para terminar con una fría sensación de vulnerabilidad, se sentía, de alguna manera, violada. Agarrando fuertemente la cámara se dirigió, llena de ira, hacia la salita donde madre e hijo se encontraba viendo la televisión. Alzó la mano, poseída por un fuerte sentimiento de cólera, y lanzó el objeto contra la pared  provocando el espanto de ambos. La miraron con el rostro desencajado, paralizados por el miedo. A Gundamaro le temblaba la barbilla, nunca fue hombre de enfrentamientos a pecho descubierto.
-¿Por qué?- simplemente preguntó Dolores con los ojos llenos de amargura- ¿Pero a ti que te pasa? ¿Qué tienes por dentro?
Gundamaro no supo que responder. Sintió que todo le daba vueltas, le faltaba el aire, y  notó un gran peso en el pecho. Asustado intentó levantarse, pero no lo consiguió, le fallaron las piernas y cayó redondo al suelo ante el estupor de las dos mujeres. Dolores corrió hacia el teléfono a llamar una ambulancia, casi no le salía la voz, le torturaba la idea de haber matado a su hermano del disgusto.
-¡¡¡Tu hermano!!!- gritó de repente la madre- ¡no respira!


Dolores notó que la tierra se abría bajo sus pies….


lunes, 9 de marzo de 2015

GUNDAMARO EXPLOTA LA BOMBA




Misteriosamente, las llamadas telefónicas para Dolores fueron disminuyendo hasta desaparecer. Sin explicación alguna, como llegaron desaparecieron sumiéndola en una profunda tristeza.
No podía estar disfrutando más Gundamaro, la veía sufrir en silencio, quedarse en casa tarde tras tarde, y perder lentamente aquella preciosa luz que la iluminaba desde el primer día del año. Gundamaro había sacado provecho de todas las conversaciones grabadas. Fue envenenando lentamente al grupo, haciéndoles creer que su hermana se dedicaba a desvelar secretos y a criticar cruelmente. Daba datos tan precisos que resultaba imposible no creerlo.
-Yo no quería deciros nada, a fin de cuentas en mi hermana, pero siempre ha sido una persona peligrosa. Se va de la lengua y también miente mucho. Yo la he visto destrozar vidas, por eso esta tan sola…-dijo fingiéndose muy apenado cuando se reunió una noche con el grupo.
“¿Quién lo podía pensar?” “¡Parecía un cielo!””¿Pero de verdad te ha contado eso?”. De la sorpresa pasaron a la ira en un instante, no quisieron aclarar las cosas con ella. Cortaron el contacto y se alejaron sin más. A Dolores ni le llamaban ni le cogían el teléfono. Una terrible angustia se apoderó de ella. Era obvio que había hecho algo mal ¿pero el que? Repasaba en su mente cada encuentro de las últimas semanas, no era capaz de encontrar ninguna pista. Se sentía muy perdida y hundida. No soportaba la presencia de su familia, por ello, cada día pasaba más tiempo encerrada en su habitación pensando y llorando hasta que…algo brillante sobre la estantería llamo su atención…

viernes, 13 de febrero de 2015

GUNDAMARO Y LA CAJA DE PANDORA




Era hermosa, reluciente y llena de poder. La caja de Pandora era toda suya. Estaba ahí para su uso y disfrute, solo debía decidir cuándo, el cómo lo tenía muy pensado. Decidió tornarse más tranquilo en casa, considerar zanjadas las hostilidades e incluso dar muestras de buen humor delante de “sus chicas”, algo a lo que no estaban en absoluto acostumbradas. De esta manera conseguiría que Dolores se relajase, su estado de alerta desparecería y a él le resultaría más fácil abrir la caja de todos los males del mundo, en el momento más adecuado y mortífero.
Todos los días a las cuatro de la tarde, Dolores recibía una llamada de sus nuevos amigos, bien para proponerle un plan bien para comentarle algún problema. Estaba muy bien considerada entre el grupo por su discreción y buenos consejos. De esto se había enterado Gundamaro, por ello decidió esconder todos los días , mientras su hermana limpiaba la cocina, una pequeña cámara en su habitación. Era  el plan perfecto para descubrir las conversaciones que Dolores mantenía cuando se encerraba allí. Gundamaro sabía muy bien que la información es poder.
La cámara siempre la retiraba cuando regresaba del trabajo, normalmente su hermana no había vuelto aún y le resultaba más fácil maniobrar ¡era maravilloso! Dolores hablaba tanto y daba tantísimos consejos que no le resultaba nada difícil hilar conversaciones y recabar información valiosa e íntima de sus nuevos amigos. La tela de araña se iba tejiendo lentamente. Sin duda la venganza es un plato que se sirve frío. Es más sabroso.


viernes, 30 de enero de 2015

GUNDAMARO PIENSA UN PLAN



 No podía consentir que su hermana le perdiese el miedo. Era su rehén moral, la marioneta que le divertía, su siniestra obra maestra, tras años sometida a reproches y oscuridad social. Desde la maldita fiesta de Nochevieja todo iba de mal en peor, los invitados no paraban de llamar a casa interesándose por Dolores y no por él. A partir de aquel día estaba siendo ella la que acudía a eventos, la que llegaba tarde a casa con mil cosas que contar. Todo lo hacía Dolores, pero sin descuidar ni un ápice sus tareas domésticas y atenciones a la madre. Con lo cual, Gundamaro, se quedaba con las manos vacías para conseguir que se sintiese culpable por su nueva vida social. ¿De  qué manera, entonces, podría colocar palitos en las ruedas de Dolores? Tras mucho reflexionar, hacer listas, leer libros y escudriñar aún más en su lado oscuro, supo que lo único que, posiblemente  funcionase, era la calumnia y la confusión.  Dolores era una mujer que creía profundamente en la buena fe de las personas, si le hacía ver que esta no existía entre sus nuevos amigos, seguramente se debilitaría y él tendría vía libre para actuar sobre su mente y emociones.  Si. Definitivamente Gundamaro tenía un plan.